10 enero 2009

La alarma social

Suele ser común en los estados democráticos, que cuando un colectivo vecinal o ciudadano tiene algún tipo de problema, exprese su queja con todos los mecanismos que tiene a su disposición, para llamar la atención de la opinión pública y de los mandatarios gubernativos, para que se pongan en marcha la iniciativas que aceleren el fin del problema, máxime cuando este problema viene provocado por una incompetencia de los responsables políticos de las administraciones sobre la cual recae estas competencias, confiando estos ciudadanos en la responsabilidad de los mismos para una rápida solución.

Pero en este país nuestro donde en política es lo más fácil tirar balones fuera o culpar a terceros de tus propios errores, se suele minimizar los hechos, insultando en demasía la inteligencia del votante y/o contribuyente del que al fin y al cabo, los mantiene en sus poltronas.

Pues resulta que si en una zona concreta, en unos pocos meses atracan, asaltan o roban en más de siete viviendas, no se deben contemplar como un hecho alarmante, sino como casos eventuales o pasajeros.

Quizás se pueda considerar un problema real cuando se produzcan veinte o treinta.

O si empiezas a preocuparte, porque en tu barrio debido, a lo mejor, a la instalación durante años de unas antenas de telefonía móvil ilegales, aumentan inexplicablemente los casos de cáncer, mientras los medios de comunicación informan constantemente de situaciones parecidas, repartidas por toda la geografía española, donde los vecinos denuncian la posible relación entre estas antenas y trastornos físicos, serás tachado de alarmista.

Lo que pasa es que si en tu entorno acontecen unos hechos que te inquietan, te asustan y te amenazan lo más normal es que te alarmes, y si no recibes la respuesta adecuada de tus gobernantes acudas a los grupos de la oposición en busca de ayuda, porque en definitiva, recae en ellos la responsabilidad de fiscalizar la acción del gobierno.

Usando el mismo asesoramiento que mis colegas del Grupo Socialista, el “Google.com”, he encontrado unas palabras del prestigioso Catedrático de Sociología de la Complutense de Madrid Amado de Miguel, donde define en unas breves frases lo que es la “Alarma social” y su utilización política.

Frases que comparto al cien por cien.

He aquí uno de los conceptos más traicioneros de la parla pública actual. ¿Qué es la alarma social y cómo se mide? No se mide. Alguien dice que tal cosa crea alarma social y ya está. Si ese alguien tiene algún puesto público, nadie discute su juicio. La verdad es que es sumamente discutible. Por lo general, cuando se dice que hay alarma social se presume que la gente es tonta. Y no lo es. En todo caso, lo que alarma realmente es que los hombres públicos oculten información fundamental cuando hay algún problema grave. La verdad no es alarmante.”

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